Julio Haberle, Gerente Ejecutivo de plantas de Río Grande, cuenta cuáles son los pilares del trabajo de calidad dentro de Mirgor. Las principales demandas de sus clientes, la importancia de la capacitación y lo que viene.
En los últimos años, hay muchos conceptos del mundo de los negocios que cobraron mayor relevancia o evolucionaron. En este sentido, la Calidad avanzó a pasos agigantados en los últimos años. “Antes la satisfacción del cliente era central, ahora alcanza expectativas de costos, plazos de entrega y estamos trabajando muy fuerte en desarrollar el concepto de sustentabilidad que viene pegado a la calidad”, explica Julio Haberle, Gerente Ejecutivo de plantas de Río Grande. En este sentido, destaca que el cuidado del medio ambiente en el proceso de fabricación es una de las principales tendencias en las demandas de los clientes. “Estamos empezando a desarrollar un plan para trabajar fuerte en ese pilar”, adelanta.
Haberle ingresó a Mirgor hace 16 años como Supervisor de Producción en la planta de climatización automotriz. Y, tras ocupar diversas posiciones, en 2016 fue designado Gerente de la Planta Electrónica, desde donde fue tomando responsabilidad sobre otros negocios de la compañía. Desde su posición actual, es el responsable de las plantas Sarmiento, Malvinas (ambas dedicadas a telefonía móvil), Forgacs (electrónica autopartista y modems) y Einstein (inyección de plásticos, infotainment, electrónica y TV).
Uno de los focos para el trabajo en calidad es la capacitación. El ejecutivo cuenta que cuando una persona ingresa a trabajar a la planta, debe hacer un curso de inducción. “Ayuda a comprender algo muy importante que para nosotros es el concepto de auto calidad: no recibo una pieza o proceso no conforme, no genero y tampoco transfiero, para que el error no se propague”, cuenta Haberle. Además, hay capacitaciones más específicas, como en la planta de Electrónica, donde por sus cuidados ambientales (humedad controlada, control de partículas y antiestático) que demandan indumentaria especial y cuidados que también se enseñan. En tanto, a niveles de mandos medios, también tienen certificaciones sobre algunas herramientas de calidad que exigen los clientes.
Para Haberle la calidad es un requisito fundamental, principalmente porque sus clientes son automotrices y firmas de electrónica de primer nivel que así lo demandan. “Los clientes y sus programas de desarrollo de proveedores nos asisten con capacitaciones especiales y eso es realmente muy beneficioso por el aprendizaje que genera”, añade el ejecutivo.
Para Haberle trabajar en calidad es un proceso de aprendizaje constante. “Cuando era Supervisor de Producción, me tocó hacer un trabajo en conjunto con GM y ahí aprendí que la calidad se produce, que hacer las cosas con calidad es una herramienta de producción”, destaca. En tanto, también cuenta todo lo que implicó el proceso de fabricar respiradores durante la pandemia de Covid-19. “Es un producto con estándares de calidad verificados por un protocolo de Anmat. Cada pieza tenía un registro de la persona que lo armó, cada proceso debía ser documentado y registrado. Entender que hay otros protocolos y estándares tan estrictos fue un trabajo desafiante”, describe.