Jésica Oyarzabal, Jefa de Calidad de la Unidad de Negocios Automotriz, explica cómo bajar al día a día el concepto de Calidad Total.
La calidad cruza a Mirgor de punta a punta. Internamente esto se lleva a cabo a través del concepto de Calidad Total y es una responsabilidad no solo del área de Calidad sino de cada uno de los trabajan en la compañía. “Nosotros fabricamos la calidad, no la controlamos. No tengo auditores, son aproximadamente 200 personas que hacen día a día el trabajo en las plantas y que velan por la calidad de nuestros productos”, sintetiza Jésica Oyarzabal, Jefe de Calidad de la Unidad de Negocios Automotriz.
Desde hace muchos años, Mirgor buscó aggiornarse a las últimas tendencias en materia de calidad, que vienen principalmente de los países orientales y europeos. “Bajamos a toda la compañía el concepto de autocalidad: la calidad no es del área de calidad, la hacemos entre todos”, sintetiza. Puertas adentro de las plantas de fabricación para la industria automotriz en Río Grande, se logró que cada trabajador levante la mano cuando ve algo distinto en una pieza. Es decir, cada uno es responsable de lo que hace. “No hay que producir para que otro controle, sino que cada operador es responsable de lo que hace”, enfatiza.
A nivel interno, Calidad Total se traduce en “recibo ok, hago ok y entrego ok”. Esto es algo que se enseña a los operadores de plantas con capacitaciones desde que ingresan a la compañía. “Tenemos un trabajo muy estandarizado: Hojas de proceso con el paso a paso detallado, chequeos que se hacen al comienzo del turno para poder garantizar la calidad de los productos y procesos; y un trabajo fuerte en la resolución de problemas donde un equipo interdisciplinario con participación de los operadores de línea tratamos las fallas para entender las causas y darles solución” explica la ejecutiva, que destaca la importancia de las capacitaciones en pos de la mejora continua y la innovación.
Con sus más de 40 años trabajando para empresas automotrices de primera línea, Mirgor supo incorporar sus exigencias en materia de seguridad y reglamentación. “Tenemos la vara muy alta. Hacemos componentes del auto -como radios, climatización o un módulo de seguridad. Esto nos lleva a incrementar los controles porque es una materia prima para la terminal”, enfatiza Oyarzabal. En los últimos años, Mirgor reforzó su trabajo en la automatización de procesos. Hoy cuenta con seis robots en la planta de climatización que hacen los controles finales y otros tantos en etapa de programación. Para Oyarzabal, este debe ser un proceso gradual, pero ya se encuentran transitando el camino de incorporar los medios y las automatizaciones a los procesos y controles. “Es un trabajo que recién empieza, hay mucho por hacer en materia de incorporación de tecnología de la nueva revolución industrial”, resalta.
Para Oyarzabal, el trabajo de calidad está muy ligado a la mejora continúa. “La tecnología va cambiando y tenemos que aggiornarnos y mejorar día a día. Los clientes van cambiando sus exigencias a medida que pasan los años”, concluye.
